martes, 29 de septiembre de 2009

LA CORTESANA: SARA DUNANT


Al pasear por la Galería de los Uffizi, en Florencia, es probable que notemos la presencia de dos ojos que nos vigilan de modo impúdico. Es la Venus de Urbino de Tiziano, «la primera musa desnuda en la Historia del Arte que mira directamente al espectador». Lo cuenta Sarah Dunant, que acaba de publicar en España una novela sobre la que pudo ser la vida de esta mujer, La cortesana (Seix Barral).

La historia comienza con la huida del saqueo de Roma de esta venus y su compañero Bucino, un enano que le sirve y con el que «tiene una relación única», según explica la autora. «Sabemos que nunca se van a convertir en amantes, porque tienen algo más importante: son amigos y socios y están felices el uno con el otro porque también son capaces de soportar sus mutuas críticas», añade.


Dunant saca a la luz en esta obra los escritos pornográficos, los sonetos lujuriosos, de los que Pietro Aretino dejó huella en la época, en apoyo de unos grabados eróticos de sus amigos Giulio Romano y Marcantonio Raimondi. «Cuando empecé la novela no sabía nada de Pietro Aretino, sino sólo que la Iglesia era muy hipócrita con el tema del sexo. Me enteré de la existencia de estos 16 dibujos que están colgados en las mismas dependencias del Vaticano y eran pornografía eclesiástica, sobre monjas», indica Dunant, sorprendida por el hecho de que no se hubieran conocido antes estos documentos: «Parece que hubiera un acuerdo tácito para ocultarlo».

La protagonista debe empezar de nuevo su vida en Venecia, que «entonces era, seguramente, la ciudad más multicultural», según la autora. Este retorno a un nuevo origen implica el propio renacimiento de la cortesana: «Estas mujeres son objeto de admiración. Era muy difícil sobrevivir en esa época», declara.

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