miércoles, 30 de septiembre de 2009

LA OTRA BOLENA: PHILIPPA GREGORY


María y Ana, hermanas, están en la corte del rey Enrique VIII. Éste está casado con Catalina de Aragón, hija de Fernando e Isabel. Catalina sólo ha procreado a una hija: María, y los demás hijos se le han muerto a los pocos días de nacidos.

La familia Bolena y Howard: tío, padre, hermano, madre de Ana y María, están muy interesados en llegar a tener cargos mobiliarios y poder. Utilizan a María y Ana como títeres para obtener lo que desean a cambio de favores sexuales.

María se hace amante del rey, a pesar de ser casada. Ella sí se enamora sinceramente de él, pero luego se decepciona ante su carácter despótico. Le da dos hijos: Enrique y Catalina.

Ana se da cuenta del interés que de pronto el rey tiene en ella. Utiliza todas sus artes de seducción e inteligencia para mantenerlo interesado. Logra a tal punto su cometido, que el rey desplaza a Catalina, alegando que fue la esposa de su hermano, y que por tanto, Dios los había castigado por no darle hijos hombres, y la repudia. Ana sube al trono y no sabe que eso llegará a ser motivo de infelicidad y condena de muerte.

LA BOHEME: "O SOAVE FANCIULLA" EWA MALAS-GODLEWSKA Y JOSÉ CURA


Acto I: Nochebuena, alrededor de 1830. En la buhardilla parisina que comparte con otros dos artistas, el pintor Marcello y el escritor Rodolfo bromean acerca del hecho de que el frío evita que se pongan a trabajar. Rodolfo detiene a su amigo de romper una silla para avivar el fuego y le ofrece a cambio sacrificar el manuscrito de su obra de teatro. Un tercer compañero de cuarto, el filósofo Colline, entra, quejándose de que las tiendas de empeño están cerradas por el día festivo, así que no pudo empeñar sus libros. Cuando el fuego se extingue en la estufa, los tres se sorprenden por la entrega de leña y de provisiones, que anuncian el regreso del músico Schaunard, quien recientemente consiguió un empleo.

Apenas los cuatro deciden salir a cenar, son interrumpidos por el casero, Benoit, quien les recuerda que deben tres meses de alquiler. Dándole vino, distraen su atención del alquiler y le hacen bromas. Dividiéndose el dinero que Schaunard trajo consigo, se van, excepto Rodolfo, que quiere terminar un artículo antes de reunirse con los otros.

Apenas ha comenzado a trabajar cuando tocan a la puerta. Aparece una joven, que le explica que su vela se apagó en las escaleras. Ella se siente débil por un momento, y Rodolfo la lleva a descansar a una silla; él se da cuenta de su aspecto enfermizo y le ofrece vino. Ella se alista para irse, pero no encuentra su llave. Mientras la buscan, Rodolfo la encuentra y la pone en su bolsillo para poder mantenerla ahí un poco más. Tocándola por casualidad mientras continúan con la búsqueda, Rodolfo comenta sobre la frialdad de su mano, y le pide que se siente mientras le cuenta acerca de su obra. Cuando él le pide que hable sobre sí misma, ella dice que su sobrenombre es Mimí y que hace trabajos de costura y bordado, pero prefiere las flores auténticas de la primavera a las que ella hace. Cuando escucha que sus amigos lo llaman desde afuera, se voltea a Mimí y le declara que ella es su sueño de amor convertido en realidad. Aturdida, ella le sugiere que se unan a sus amigos en el restaurante; se marchan, hablando de su recién descubierto amor.

Acto II: Afuera del Café Momus, los vendedores y compradores hacen sus negocios y Rodolfo le compra un sombrero rosa a Mimí. Mientras se sientan en una de las mesas de afuera, Rodolfo les presenta a Mimí a sus amigos e improvisa un breve poema, diciendo que ella es su inspiración. Durante su conversación, una joven bonita y coqueta se acerca en compañía de un hombre mayor. Marcello reconoce a Musetta, un antiguo amor, y se la describe a Mimí como una desalmada seductora. Musetta intenta llamar la atención de Marcello; cuando él la ignora, ella se comporta cada vez más injuriosamente, apenando a Alcindoro, el hombre que la acompaña.

Finalmente, ella comienza un vals popular, presumiendo que los hombres la admiran dondequiera que va. Esto provoca la respuesta esperada de Marcello. Para deshacerse de Alcindoro, Musetta finge que su zapato le aprieta y lo manda a traer otro; tan pronto se va, ella y Marcelo se abrazan. Los problemas se vislumbran cuando el mesero trae la cuenta, porque aparentemente el bolso de Schaunard fue hurtado, pero Musetta simplemente le pide al mesero que añada la cuenta a la de ella, entonces la deja para Alcindoro. Cuando los soldados de la Guardia Republicana pasan marchando, seguidos por niños emocionados, el grupo aclama a Musetta como la reina del barrio latino, y se dirige a su hogar, dejando a Alcindoro con la cuenta.

Acto III: En las afueras de París, Marcelo y Musetta establecen su residencia en una taberna, ganando su alojamiento pintando y dando lecciones de voz. Mimí aparece, buscando la hostería donde trabaja Marcello. Él sale y la saluda sorprendido. Aunque Rodolfo ha venido a la hostería, Marcello no se da cuenta de lo que Mimí le dice: que los celos constantes de su amado está destruyendo su relación. Con pesar, Marcello le aconseja a Mimí que deje a Rodolfo.

Cuando Rodolfo aparece, diciéndole a Marcello que tiene intención de terminar con Mimí, ella alcanza a escuchar la conversación. Al principio llama a Mimí una coqueta incorregible, pero Rodolfo finalmente admite su verdadera preocupación: su tuberculosis sólo puede empeorar en esa vida de pobreza. Rodolfo se da cuenta de que Mimí está ahí cuando la escucha toser. Mimí le dice a Rodolfo que enviará a alguien para recoger sus pertenencias, y le ofrece su sombrero como recuerdo, diciéndole que deben separarse sin rencor alguno. Mientras tanto, Musetta y Marcello salen, al calor de una discusión y se separan en términos mucho menos amistosos.

Acto IV: Algunos meses después, en el barrio, Marcello y Rodolfo tratan de nuevo, sin éxito, de conseguir un empleo. Esta vez el problema es la preocupación sobre sus amores perdidos, quienes, lo admiten, fueron su inspiración. Schaunard entra con unos panecillos y Colline con un arenque, y los cuatro fingen que se trata de un banquete, actuando como nobles, bailando y escenificando un duelo falso.

Interrumpiendo su diversión, Musetta abre la puerta, diciendo que ha traído a Mimí, quien está débil y enferma. Cuando Rodolfo trata de que se sienta cómoda, Musetta le explica a los otros que Mimí dejó a su actual admirador para morir cerca de Rodolfo. Musetta le da a Marcello sus pendientes para que los empeñe para comprar medicinas y traer a un doctor, y Colline ofrece su abrigo, que venderá con el mismo propósito. Mimí tranquiliza a Rodolfo respecto a su amor eterno así como el recuerdo de su primer encuentro. Después de un rato, Marcello regresa con un coñac, diciendo que un doctor viene en camino. Musetta dice una oración. Schaunard es el primero en darse cuenta que Mimí, quien parece dormitar, está muerta. Desconsolado, Rodolfo grita "Mimí".

LA BOHEME "QUANDO MEN VO": DAME KIRI TE KANAWA

AMANDO A PABLO, ODIANDO A ESCOBAR: VIRGINIA VALLEJO


"Lo que viene a continuación es solo la historia de un hombre y una mujer de dos mundos opuestos que alguna vez se amaron con el fondo de un país en guerra.
Y la cuento desde este lugar donde llegué en 2006, porque desde aquel donde nací –y que un día inolvidable de julio dejé atrás para siempre- me hubiera sido imposible comenzar a narrarla, terminar de escribirla o siquiera soñar con publicarla".
Virginia Vallejo.

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Virginia, colombiana, de alta cuna, bella, se enamoró en los 80’s de Pablo Escobar. Tuvieron un amantazgo que duraría 10 años. Según palabras de Vallejo, él se fue transformando, en un monstruo. Una vez finalizada la relación entre ambos, Escobar la persiguió y fue víctima por algunos años, del miedo, la angustia, la soledad y la pobreza. La sociedad la repudió, se le negaron trabajos, pasó hambre y finalmente, a lo largo de muchos años, logró la libertad. Describe con detalles, cómo fue que mataron a Escobar en 1993, después de que éste fuera no sólo el narco más temido de Colombia, sino el asesino que más muertes ocasionó. Su deceso fue una fiesta para los colombianos, quienes habían vivido en la zozobra, el miedo y la represión.

martes, 29 de septiembre de 2009

LA CORTESANA: SARA DUNANT


Al pasear por la Galería de los Uffizi, en Florencia, es probable que notemos la presencia de dos ojos que nos vigilan de modo impúdico. Es la Venus de Urbino de Tiziano, «la primera musa desnuda en la Historia del Arte que mira directamente al espectador». Lo cuenta Sarah Dunant, que acaba de publicar en España una novela sobre la que pudo ser la vida de esta mujer, La cortesana (Seix Barral).

La historia comienza con la huida del saqueo de Roma de esta venus y su compañero Bucino, un enano que le sirve y con el que «tiene una relación única», según explica la autora. «Sabemos que nunca se van a convertir en amantes, porque tienen algo más importante: son amigos y socios y están felices el uno con el otro porque también son capaces de soportar sus mutuas críticas», añade.


Dunant saca a la luz en esta obra los escritos pornográficos, los sonetos lujuriosos, de los que Pietro Aretino dejó huella en la época, en apoyo de unos grabados eróticos de sus amigos Giulio Romano y Marcantonio Raimondi. «Cuando empecé la novela no sabía nada de Pietro Aretino, sino sólo que la Iglesia era muy hipócrita con el tema del sexo. Me enteré de la existencia de estos 16 dibujos que están colgados en las mismas dependencias del Vaticano y eran pornografía eclesiástica, sobre monjas», indica Dunant, sorprendida por el hecho de que no se hubieran conocido antes estos documentos: «Parece que hubiera un acuerdo tácito para ocultarlo».

La protagonista debe empezar de nuevo su vida en Venecia, que «entonces era, seguramente, la ciudad más multicultural», según la autora. Este retorno a un nuevo origen implica el propio renacimiento de la cortesana: «Estas mujeres son objeto de admiración. Era muy difícil sobrevivir en esa época», declara.

EL MISTERIO DE LAS COINCIDENCIAS DE EDUARDO ZANCOLLI



El autor nos relata todas sus experiencias de sincronicidad, desde los años noventa en adelante. Compra compulsivamente tres dorjes y necesita saber a qué responde esa necesidad de obtenerlos. Tiene en su casa una espada flamígera y piensa que estos objetos tienen un significado especial en su vida.



Coincidentemente, llega un médico a Argentina que le cuenta sobre una organización médica instalada en el Tíbet, y Zancolli decide ir a ayudar con su experiencia médica. Ahí ocurren una infinidad de experiencias que dejan a Zancolli con certezas que tenía que vivir por si mismo. Compra varios libros para explicarse este fenómeno y llega a la conclusión de que la sincronicidad es un medio del que se vale una fuerza universal, para ayudarnos en nuestra misión de vida. En los últimos dos capítulos, hace acopio a las teorías de grandes científicos, para darnos un panorama de lo que es la física cuántica, con sus implicaciones en la vida diaria.



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