jueves, 12 de noviembre de 2009

LA FLAUTA MÁGICA, MOZART



Acto I 
Cuadro 1º: En las Tierras Rocosas

El Príncipe Tamino llega hasta tierras rocosas perseguido por una serpiente. Ha perdido su arma y ruega por su vida hasta que se desmaya ("Zu Hilfe! Zu Hilfe!"). Pero enseguida es salvado por las Tres Damas (Die Drei Damen) que matan al monstruo. Al ver al joven se enamoran de él, pero le abandonan con la promesa de volver de nuevo. Tamino se despierta, aturdido, junto a la serpiente, cuando oye un silbar. Papageno, un ser mitad pájaro y mitad persona, con una gran jaula a sus espaldas, se le acerca cantando ("Der Vogelfänger bin ich ja").


Cuando Tamino habla con él le pregunta quién es. Es el pajarero de la Reina de la Noche (Die Königin der Nacht), quien le da comida a cambio de pájaros. Hablando Tamino cree que Papageno mató a la serpiente y que le salvó. Papageno sobre esto no le dice nada. En este momento se oye la voz de las Tres Damas que, al ver que Papageno ha mentido, le cierran la boca con un candado de oro. Al dirigirse a Tamino le entregan un retrato de una bella joven. Si él no permanece indiferente, fama, honor y felicidad le darán por recompensa.
En la intimidad, Tamino muestra con su canto cuanto le gusta el retrato de la joven ("Dies Bildnis ist bezaubernd schön"). No sabe quién es la retratada, pero sabe que le enamora.
Las Tres Damas aparecen ante Tamino y le dicen que la Reina escuchó su canto y ha querido que sea él quien rescate a su hija. Es Pamina, la hija de la Reina de la Noche, y está secuestrada por un demonio llamado Sarastro, que vive en un castillo muy bien vigilado. Entonces, decidido, Tamino se propone salvar y liberar a Pamina. De repente se oye un trueno y cae la noche. Las montañas se abren dando paso a la Reina de la Noche, que viene sentada sobre un trono de estrellas haciéndose la oscuridad detrás de ella. En su delicada y completa aria de tres tiempos distintos ("Oh zittre nicht, mein lieber Sohn!") persuade a Tamino para que la rescate y, a cambio, dejará que se quede con ella para siempre. Después de esto la Reina se retira entre las montañas y el día se hace de nuevo.
Tamino, pensando en soledad si lo que ha visto es cierto, se encuentra con Papageno en el camino, que no puede hablar por el castigo ("Hm, hm, hm"). Entonces aparecen las Tres Damas, que liberan a Papageno de su castigo, pero éste no debe mentir nunca más: el castigo debe servir de advertencia! A Tamino le ofrecen una flauta mágica de oro, que modifica el estado de ánimo de aquel que la escuche, hace más feliz a los hombres, al triste le vuelve alegre y al soltero enamorado. Papageno debe acompañar a Tamino, pero éste tiene miedo de Sarastro, abandonaría a Tamino por no ir. Las Damas, para evitar esto, le regalan unas campanillas de plata mágicas que le protegerán con su sonido. Se despiden de éstos diciéndoles antes que para guiarse y encontrar el castillo han de seguir a tres muchachos, los jóvenes, bellos, nobles y sabios.
Cuadro 2º: En la Habitación con Jeroglíficos del Palacio de Sarastro
Unos esclavos y Monostratos entran con Pamina, la sujetan y la atan. Esta intenta evitar a Monostratos, quien la acosa y la desea. Se acerca a ella sin saber con que intenciones ("Du feines Täubchen, nur herein!"). En ese momento entra Papageno que encuentra a Pamina junto al negro Monostratos. Los dos se asustan por la extraña apariencia del otro, y escapan, pero Papageno regresa y se presenta ante Pamina y le dice que hay un príncipe enamorado de ella que la va a rescatar por encargo de su madre la Reina. Ambos canta un dúo sobre la necesidad que sienten de amor en las vidas antes de salir ("Bei Männern, welche Liebe fühlen").
Cuadro 3º: En el Bosque ante el Palacio de Sarastro
Tamino es conducido por los tres muchachos hasta el palacio en sua auto de Sarastro, le dicen que sea firme, paciente y callado. El templo tiene tres puertas, la puerta de la Sabiduría, en el medio, a la derecha la de la Razón, y a la izquierda la de la Naturaleza. Entra por la puerta de la Sabiduría porque las otras le impiden pasar, Atrás! (Zurück!). Se presenta ante él un orador con el que habla y le pregunta, pero lo que responde le crea mucha confusión ("Zum Ziele hin führt dich diese Bahn"). Parece ser que Sarastro no es malvado, según cuenta, que lo que hace es proteger a Pamina, pero que nada puede decir más por un juramento. Tamino, que lo que quiere es encontrar a Pamina, empieza a tocar su flauta, cuyo sonido atrae a los animales del bosque. Al tocar la flauta se oye la melodía que siempre toca Papageno ("Wie stark ist nicht dein Zauberton").
Pamina y Papageno buscan también a Tamino y oyen su flauta. Monostatos, al oír a Papageno, aparece e intenta atraparles. Llama a sus esclavos que vienen con cadenas, pero Papageno utiliza el regalo de las Tres Damas y con sus campanillas les detiene y les hace bailar y cantar ("Schnelle Fuesse, rascher Mut").
Ahora se oyen trombones y Sarastro es anuciado por un coro invisible ("Es lebe Sarastro, Sarastro lebe!"). Entra de forma triunfal, con sus sacerdotes y montado en un carro tirado por seis leones. Pamina le implora que le perdone su huida, ella quería escapar de Monostatos, quien le estaba acosando. Sarastro todo esto ya lo sabía, y sabe además que está enamorada de Tamino. Si sigue con su madre perderá su felicidad, dice Sarastro, ese es el motivo de su secuestro, la Reina no debe cumplir ya la función de madre, sobrepasa la esfera que le corresponde.
Tamino entra sujetado por Monostatos y los dos jóvenes se reconocen y pronto se abrazan fuertemente, lo que provoca la furia de Monostatos que los separa inmediatamente y ruega a su señor que los castigue. Sarastro, imparcial, sentencia un castigo de setenta y siete azotes, pero sobre Monostatos, al cual se lo llevan sus sacerdotes. Para terminar ordena que acompañen a Papageno y a Tamino al templo de las pruebas, con las cabezas cubiertas con sacos, para ser iniciados.

Acto II

Cuadro 1º: Un bosque con palmeras
Sarastro y sus sacerdotes, en una procesión solemne, se reúnen en su templo ("Ihr Eingeweihten der Goetter Isis und Osiris"). Debaten la posibilidad de acoger a Papageno y a Tamino e iniciarles en sus prácticas. Todos aceptan la propuesta, pero deberán ser virtuosos y superar una serie de pruebas. En este momento canta Sarastro el aria con coro ("O, Isis und Osiris") rogando a los dioses que los fortalezcan con virtudes y los acojan en caso de que deban morir.
Cuadro 2º: En una sala, de noche, con tormenta
Tres sacerdotes conducen a Tamino y a Papageno hasta la sala donde se harán las pruebas, y le quitan los sacos. Tamino y Papageno entablan una conversación en la que suenan unos truenos sobre los que Papageno siente mucho temor. Después entran unos sacerdotes con antorchas con los cuales Tamino sentencia que estaría dispuesto a dar su vida por la amistad y el amor y someterse a pruebas por ello. Sobre esto Papageno no está muy de acuerdo. Él es un hombre primitivo (Ich bin so ein Naturmensch) y hasta que no le aseguran una mujer joven y bella, a Papagena, no acepta. Pero debe prometer no hablar con ella si la ve. Tienen que permanecer en silencio, y no hablar con ninguna mujer. En este dúo se detallan las principales motivaciones de la prueba ("Bewahret euch vor Weibertuecken").
Los tres sacerdotes abandonan la sala y les dejan en la oscuridad. En ese momento, aparecen Las Tres Damas del suelo y se cantan el quinteto ("Wie? Wie? Wie?") que los intentan convencer que este no es un buen lugar. Papageno no para de preguntar a Tamino si lo que dicen es verdad, pero Tamino, que es fuerte, no piensa en lo que puedan decir. Ellas insisten en que la Reina de la Noche se dirige hacia el templo, mientras que Papageno se desmaya. Pero se oyen a los sacerdotes que las expulsan hasta que desaparecen por el suelo. Entran estos y se llevan a Tamino. A Papageno le hacen levantarse para poder seguir guiándole.
Cuadro 3º: Un jardín
Pamina se encuentra dormida bajo la luz de la luna. Entonces entra Monostratos y canta su aria sin que nadie le vea ("Alles fühlt der Liebe Freuden") en la que se lamenta de su posición comprometida. No puede amar a un ser tan hermoso como la luna porque lo negro es feo. Se acerca a Pamina, pero la Reina de la Noche surge del suelo. Pamina se despierta y Monostratos se esconde. La Reina se enfurece al ver que Tamino se ha puesto del lado de Sarastro, y pide venganza por ello. En el aria más famosa de la ópera ("Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen") expresa que se siente engañada, obliga a Pamina que mate a Sarastro con la amenaza de abandonarla para siempre. Le da el cuchillo a su hija para que asesine a Sarastro y se marcha enfurecida. Monostratos sale de su escondite y decide vengar a Sarastro pidiendo que se case con él, pero Pamina se niega. Llega Sarastro para consolar a Pamina y tomar justicia, a la manera que se tiene dentro de esos muros, que no conocen venganza ("In diesen heil'gen Hallen").
Cuadro 4º: En la sala de las pruebas
Mientras, Tamino y Papageno siguen superando las distintas pruebas impuestas. En este momento, se enfrentan a la prueba del silencio, pero Papageno no calla. Surge del suelo una mujer vieja y fea que ofrece agua a Papageno, que no para de hablar con ella y descubre que tiene 18 años y dos minutos, y además tiene un amante, el mismo Papageno. Cuando va a preguntar el nombre de la anciana un trueno suena y la vieja desaparece. Los muchachos llegan para traerles comida y sus instrumentos. Entregan a Tamino su flauta y a Papageno sus campanillas y desaparecen. Tamino toca la flauta mientras Papageno come y bebe. Aparece Pamina al sonido de la flauta, que, al no obtener respuesta alguna por parte de Tamino piensa que no le quiere y muy herida canta su bellísima aria ("Ach, ich fühl's, es ist verschwunden"), es el momento más solemne de toda la obra.
Cuadro 5º: Una gran sala abovedada, en el interior de una pirámide
Sarastro, junto con el coro de los sacerdotes, inician un ritual ("O, Isis und Osiris, welche Wonne"). Tamino, frente al gran sacerdote, escucha sus palabras. Entonces entra Pamina con un saco en la cabeza acompañada por los sacerdotes junto a Tamino. Sarastro le quita el saco. No cesa de preguntar por Tamino que esta a su lado, pero Tamino no habla con ella. En este quinteto se relata la historia ("Soll ich dich, Treuer, nicht mehr sehn?"). Han de separarse y los dos lo aceptan porque les prometen que volverán a encontrarse.
Cuadro 6º: Jardín pequeño
Papageno está solo y perdido en la sala donde se realizan las pruebas. No encuentra la salida, siempre le dicen Atrás! (Zurück!). Al acercarse a un sacerdote este le critica que su comportamiento merece un castigo, pero los dioses benignos se lo perdonan. A cambio nunca sentirá las alegrías de los iniciados. Papageno se conforma con un vaso de vino, que le es concedido, y con una muchacha ("Ein Maedchen oder Weibchen wuenscht Papageno sich!") que le haga caso y le quiera. Cantando encuentra a su mujer pero es la misma anciana que le pide su eternidad. Él accede con desgana, porque si no vivirá encarcelado sin una amiga y sin vivir en el mundo que tanto le gusta. En ese momento, ella se convierte en una hermosa joven, Papagena, pero la pierde, porque se acerca un sacerdote, aún no es digno de ella, le dice. Papageno se hunde en la tierra porque no quiere hacer caso al sacerdote.
Cuadro 7º: Un jardín
Los tres muchachas anuncian la llegada de la mañana y hablan de Pamina ("Bald prangt, den Morgen zu verkuenden!"). Pamina, al creerse rechazada por Tamino, decide suicidarse. Apunto está, pero los jóvenes genios la salvan a tiempo, y le piden que tenga paciencia (Ha, Unglückliche, halt ein!)
Cuadro 8º: Dos montañas, una arroja fuego y la otra agua
Dos hombres con armadura traen a Tamino para que supere las pruebas de agua y fuego. Antes de la prueba, Pamina aparece dispuesta a verle ("Der, welcher wandert diese Strasse voll Beschwerden"). Deciden que como Pamina no teme a la muerte es digna de ser iniciada. Ambos se dan la mano. Tamino toca la flauta para poder atravesar la columna de fuego. Entran y salen de esta. Tamino vuelve a tocar al flauta y se dirigen a la montaña que arroja agua. Entran y salen de esta. Aparece después la entrada a un templo muy iluminado y desde dentro se oyen gritos de triunfo y alegría por la pareja ("Tamino mein! O welch ien Glueck").
Cuadro 9º: Pequeño jardín
Papageno, al ver que ha perdido a Papagena, la busca desesperadamente cantando y tocando su silbato ("Papagena, Papagena, Papagena!"). Decide ahorcarse. Con una cuerda se acerca a un árbol. Pide que se apiaden pero no se oye nada. Se dispone a colgarse resignado. Los tres muchachos le detienen y le aconsejan que toque sus campanillas. Es el famoso dúo, donde se encuentra con su amada Papagena, con la que decide tener muchos hijos Papagenos.
Cuadro 10º: Subterráneos del templo
La Reina de la Noche, junto con Monostatos, el que se le ha unido, surgen del suelo y en silencio ("Nur stille, stille, stille, stille!") intentan atacar el poder de los sacerdotes y de Sarastro entrando en el templo. La Reina le ha prometido a Monostatos su hija y este le enseña el camino. Se oyen ruidos, son los sacerdotes, que los vencen con truenos y rayos. La Reina de la Noche y Monostatos son expulsados, se los traga la tierra. Sarastro convoca el reino de la luz y el reino de la verdad. La belleza y la sabiduría han sido coronadas para siempre en aquel bello lugar.
Fuente: Wikipedia

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