Dos tardes después del día de su boda, todavía es la hora que la protagonista de Vivir la vida no ha podido quitarse su traje de novia. Su abuela y su Nana habían sido perfectamente claras: es necesario evitar la corriente de mal agüeros que cunde la llegada de ese hombre a su vida, con lo cual es indispensable que él le ayude a quitarse el vestido. Y sin embargo, allí está ella, con el velo hacia atrás, frescamente maquillada, y su nuevo marido sin darse cuenta de que todavía lleva su vestido de novias, insistiendo malamente: "Ya te gustó vestirte de blanco..." ©exodusltd.com
Sara Sefchovich pregunta: ¿Cómo se le hace para vivir la vida en este extraño país que es México? Y responde: Eso sólo es posible si se toma todo muy en serio y con mucho
sentido del humor. Dice la narradora: "Yo no sé si en esta vida las decisiones las tomo yo o ellas me toman a mí. Creo que más bien ha sido esto último. A mí las cosas me han sucedido: éste me empujó, aquél me jaló, uno me ofreció, otro me arrebató. Yo sólo obedecí y no tuve nada que ver. Y pregunta: ¿O sí tuve? Y responde: A lo mejor cada vez que me fui, cada vez que hice por olvidar, cada vez que guardé silencio, estaba eligiendo. Quién sabe, puede ser." ©Alfaguara.
sentido del humor. Dice la narradora: "Yo no sé si en esta vida las decisiones las tomo yo o ellas me toman a mí. Creo que más bien ha sido esto último. A mí las cosas me han sucedido: éste me empujó, aquél me jaló, uno me ofreció, otro me arrebató. Yo sólo obedecí y no tuve nada que ver. Y pregunta: ¿O sí tuve? Y responde: A lo mejor cada vez que me fui, cada vez que hice por olvidar, cada vez que guardé silencio, estaba eligiendo. Quién sabe, puede ser." ©Alfaguara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario